louis vuitton se pone apocalíptico pero optimista a ritmo de sophie
Nicolas Ghesquière cierra la semana de la moda con un desfile impresionante. Así es el futuro.
El sonido del gong que acompañaba a los invitados que caminaban por el Louvre hasta el desfile de Louis Vuitton nos puso en un estado de ánimo ligeramente ominoso. Apresurándome por el patio, era comprensible preguntarse si Nicolas Ghesquière había cambiado ese estado de ánimo futurista en apocalíptico: es difícil ser futurista cuando puede que no haya mucho futuro por delante. Sin embargo, Nicolas nos regaló un momento de moda increíblemente optimista que fusionó el pasado y el presente, uno de sus desfiles más fuertes y extraños hasta la fecha.
No podías evitar preguntarte si este es un nuevo amanecer para la casa, especialmente con el vídeo mural gigante al fondo de la pasarela en la que salía SOPHIE rodeada de nubes en movimiento. La artista cantó una versión más lenta de su canción "It's OK to cry", convirtiéndose en el punto central del set de madera contrachapada. Nos hizo llorar, y rara vez el diseñador ha aportado una puesta en escena tan emotiva a sus desfiles. Era más probable una recreación del espacio o del Centro Pompidou que un desfile en el que vieses lágrimas en el rostro de la gente.
La ropa, al parecer, era un reflejo de esto. El diseñador puso de nuevo sobre la mesa las tendencias de los años 70: blazers ajustados, blusas con volantes y pantalones anchos con mocasines, tacones o botas de plataforma. Junto con camisetas de lentejuelas y punto y algún que otro sombrero de ala ancha, desprendían un aire nostálgico y despreocupado (especialmente cuando se combina con un pequeño bolso en forma de cinta VHS). Ghesquiere entremezcló looks muy interesantes con vestidos que hablaban de su destreza con el volumen (y su maravillosa rareza): un look que combinaba cuadros y encaje con un voluminoso toque recordaba a las fotografías de la última Reina de Hawai; otros looks de flores y rayas con faldas cortas y mangas largas resucitaban el increíble vibe de los 80. Ghesquière, curiosamente, cerró el desfile con dos vestidos blancos muy minimalistas que no se parecían en nada al resto de la colección. Un lienzo en blanco de un diseñador magistral para cerrar la semana de la moda.


















Créditos
Fotografía Mitchell Sams
Este artículo apareció originalmente en i-D UK.