la nueva campaña crucero de dior muestra una visión moderna y femenina de la fotografía africana
Maria Grazia Chiuri reúne a seis fotógrafas de África y su diáspora para que retraten la campaña de la firma.
Fotografía Nasma Leuba
Cuando Dior anunció que el Palacio El Badi de Marrakech sería la ubicación de su desfile Crucero 2020, la policía de la moda encendió —justificadamente— las alertas por temor a tener que presenciar otro desfile repleto de apropiación cultural que agregar a la vergonzosa lista de desfiles nada sensibles de la historia de la industria. Sin embargo, Maria Grazia Chiuri calmó a todo el mundo rápidamente con una colección que incorporaba artesanía africana en las siluetas más reconocibles de la casa. Esta colaboración con artesanos y productores de telas asentados en el continente confirma el compromiso de la diseñadora de extender el alcance creativo de Dior más allá de los perímetros tradicionales de la industria.
Dada la perspectiva decididamente feminista que Maria está brindando a la casa con su cargo —la primera directora creativa en la historia de Dior— tiene sentido que, para su última campaña, haya reclutado a seis fotógrafas procedentes de todo el continente y su diáspora para interpretar "la riqueza del 'savoir-faire', feminidad pluralista y creatividad ilimitada" de la colección.

A cada creadora se le ha dado plena libertad creativa para "entregar su propia visión personal y singular de la silueta de Dior". El resultado son seis perspectivas únicas y modernas sobre cómo se ve Dior en los contextos africanos contemporáneos. La fotógrafa keniata Sarah Waiswa, por ejemplo, rinde homenaje nostálgico al uso de la colección de tela Kitenge, uniendo lo antiguo y lo nuevo para explorar nuevas ideas de identidad africana. La sudafricana Jodi Bieber desafía los estándares de belleza predominantes de su tierra natal, disparando en un set que recuerda al típico hogar familiar sudafricano. Namsa Leuba, Ruth Ginika Ossai, Hasnae El Ouarga y Fatima Mazmouz también han prestado su singular visión a la campaña.

Pero lo más importante es que, al reunir y darles total libertad creativa a un grupo de creativas que tienen una relación directa con África y lo africano, la campaña se presenta como un inusual hito en el que una gran empresa de moda se lanza a pluralizar su voz —y conseguir un efecto deslumbrante—.









Este artículo apareció originalmente en i-D UK.