hay un nuevo desigual, y está repleto de artistas, optimismo y diversidad
El desfile de presentación de 'el Love', su colección p/v '20, es una declaración de intenciones que marca el nuevo rumbo de la firma española.
Imágenes cortesía de Desigual
Por norma general, los macrocentros de operaciones de la moda suelen encontrarse o bien en las típicas calles con las que todos hemos especulado alguna vez en el Monopoly o en naves gigantescas, protegidas y alejadas de los núcleos urbanos. El de Desigual, sin embargo, y siendo consecuente con su filosofía, es transparente y está situado en un emplazamiento de ensueño: en frente de la playa de la Barceloneta, compartiendo orilla con el emblemático hotel W.
Y allí, donde su equipo lleva años gestando el cambio, la firma celebró el pasado jueves el desfile de presentación de el Love, su colección primavera/verano 2020, con la que materializa el inicio de su nueva dirección creativa y corporativa. Una experiencia inmersiva que empezó con una sesión de meditación y baile con auriculares donde se invitaba a los asistentes a despojarse de toda mala vibración antes de ver el desfile. Una vez dentro, mientras varios bailarines se contorsionaban entre el público a la espera de empezar, era inevitable fijarse en la iluminada entrada de sus oficinas, que presentaba un nuevo logo completamente del revés.

El desfile, repartido en seis actos y repleto de proyecciones y bailarines, dio comienzo con una reinterpretación de su chaqueta "la Icon": una pieza realizada a base de 'patchwork' y de la reutilización de vaqueros usados que estableció las bases de lo que sería Desigual. En su ejercicio de volver al pasado para mirar hacia el futuro, la firma también quiso devolver a la vida —literalmente— su emblemático logotipo original diseñado por el artista Peret y compuesto por un hombre y una mujer desnudos.

Las distintas líneas que pudimos ver en el evento creaban un collage perfecto de la diversidad por la que aboga la marca; algo que podremos ver el año que viene en tiendas. Tomando inspiración de varias culturas repartidas por todo el mundo, su habitual espíritu bohemio llega esta vez representado a través de distintos códigos —algunos híbridos, como las americanas mitad sartoriales mitad vaqueras— adaptados a la vida urbana y a las generaciones más jóvenes, con la introducción de prendas como riñoneras, zapatillas 'chunky' y demás piezas clave del universo 'streetwear'.



Una de las cosas más interesantes a destacar de la performance fue la presentación de sus próximas colaboraciones: durante casi la hora entera que duró el desfile, la firma fue dejando caer nombres como Christian Lacroix, Okuda, el actor español Jordi Mollà, Miranda Makaroff, Sónar Festival y firmas como Ecoalf. Esta última unión, además, cobra todo el sentido del mundo ahora que Desigual acaba de anunciar que "el 11% de la colección está hecha de tejidos sostenibles y su objetivo es seguir incrementando este porcentaje temporada tras temporada".


El evento lo cerró Aleesha con su "Myself Again", la canción producida por Alizzz que ha lanzado para la firma, además de otros singles. Acompañada de un ejército de bailarines, la artista tomó la pasarela para presentarnos el tema en directo como si de un manifiesto en favor de la individualidad se tratase; algo de lo que la marca quiere abanderarse en este capítulo que ya está en marcha.

Una vez llegado el momento del carrusel, el publico se levantó para aplaudir a los modelos, los bailarines y a su fundador Thomas Meyer, que vuelve a estar al cargo de la firma y listo para liderar esta nueva dirección que emprende ahora. Quizás Desigual ya pueda decir eso de que es "ella misma de nuevo".